Somos aventureros. Salir a descubrir nuevas maravillas naturales, conocer las interesantes historias de extraños en el camino y saborear curiosos detalles históricos y culturales es algo que ansiamos muchísimo cuando pensamos en tomar vacaciones. Además, es la oportunidad perfecta para preparar ricos bocadillos rápidos que podamos compartir con familiares y amigos dondequiera que nos lleve el instinto.
Nuestra última aventura nos llevó a Cueva Ventana, en el pueblo de Arecibo al norte de Puerto Rico. La vista impresionante que te encuentras al final de esta vereda subterránea es impresionante.
Un grupo de amigos nos dimos una escapada por la carretera PR-123 de Arecibo hasta encontrar la entrada a la cueva. Aunque está algo escondida pasando un pequeño puesto de gasolina, es de fácil acceso y la tarifa son solo $5 dólares que ayudan a preservar el espacio natural.
De camino a Cueva Ventana, ves todo tipo de aves nativas, flores silvestres y árboles multicolor, al igual que le sacas beneficio a una caminata vigorizante. Es increíble pensar que este pedacito de isla haya sido inmortalizado en la película con Justin Timberlake y Ben Affleck, “Runner, Runner”.
A unos 8 ó 10 minutos de su entrada, llegas a la boca de la cueva, por la cual debes bajar muy cuidadosamente con la ayuda de una soga y una linterna. Al final de la bajada, está completamente oscuro, como en una película cualquier de Indiana Jones, pero si vas con cuidado no hay nada que temer. Tampoco debes tenerle miedo a las iguanas y los murciélagos. Aunque es su hogar, si no les haces nada, no tienes que preocuparte. Es divertido, especialmente si vas en grupo.
Con nuestras amistades, bajamos en forma de lazo humano para asegurarnos de pisar correctamente y no dejar a nadie a mitad de camino. El trayecto no fue largo y la brisa que se comienza a sentir al final de la vereda es muy reconfortante.
Una vez llegas al final, quedas en completo asombro. Una enorme ventana natural muestra el paisaje más hermoso que hayas visto del valle del Río Grande de Arecibo. La riqueza del color y la belleza te llenan de un orgullo instantáneo. Prometo que querrán apreciar la vista hasta que el panorama se les quede grabado en la memoria. Las fotos no le hacen justicia.
Se siente tan bien estar en allí con la gente que quieres y la conexión que se crea es muy especial. Casi no nos queríamos ir. El apetito por este tipo de excursión se te abre aún más y ya quieres planificar la próxima salida. Pero por supuesto, después del ejercicio, inevitablemente hace hambre.
En esta ocasión, nuestra amiga Airzia se encargo de alimentarnos y aunque los bocadillos que les compartimos en este post no se comparan a los de nuestra compañera de aventura, están inspirados en sus deliciosas creaciones. Aquí nos inventamos unos cuantos antojitos vegetarianos para que escojan y vayan con energía a cualquiera de sus aventuras. Esperamos que las disfruten tanto como nosotros.
Meriendas para la aventura:
Taquitos vegetarianos
El favorito del día fueron los taquitos con refritos y queso. Nuestra versión vegetariana, solo requiere calentar las tortillas de harina, colocar un poco de tu refrito favorito, además de salsa mexicana y queso fiesta. También le puedes añadir, cebollines y cilantro picadito. Los enrollas y listo.
Ensalada de pasta con vegetales
Para los que tienen más hambre, nada como una ensalada sencilla de pasta con vegetales. Hierve algún tipo de pasta corta con una pizca de sal. Cuando la pasta esté al dente añade vegetales frescos picaditos como pimientos, espárragos y cebollines. Cocina por un par de minutos más. También, puedes añadir maíz congelado, guisantes y aceitunas negras. Una vez escurras bien el agua, ajusta la sal y échale aceite de oliva al gusto, una pizca de sal de ajo y pimienta. Si gustas, puedes echarle un poco de mayonesa u otros aceites con sabor a ajo o hierbas.
Guineítos en escabeche
Hierve unos guineítos verdes con un poquito de sal removiendo cada punta extrema. Una vez estén blandos, escurre el agua y quítales la cáscara. Para el escabeche, coloca los guineítos en un molde y añade una taza de aceite de oliva y media de vinagre por cada 8 guineítos. Sazona con un ajo machacado, una hoja de laurel y pimienta molida. Déjalo marinar por al menos dos horas antes de servir.
Huevos endiablados sencillos
Hierve unos huevos por unos 10 ó 15 minutos y remuévelos del fuego o transpórtalos a un recipiente con agua fría. Remueve la cáscara y corta los huevos por la mitad. Remueve la yema del huevo y colócala en otro envase. Mezcla las yemas con una pizca de mostaza (media cucharadita por cada dos huevos), mayonesa (1 cucharadita por cada dos huevos), aceite de oliva (media cucharadita por cada dos huevos), paprika (media cucharadita por cada dos huevos) y sal al gusto. Mezcla bien los ingredientes y vuelve a colocar la yema en los huevos. ¡Listo!
Nuestra última aventura nos llevó a Cueva Ventana, en el pueblo de Arecibo al norte de Puerto Rico. La vista impresionante que te encuentras al final de esta vereda subterránea es impresionante.
Un grupo de amigos nos dimos una escapada por la carretera PR-123 de Arecibo hasta encontrar la entrada a la cueva. Aunque está algo escondida pasando un pequeño puesto de gasolina, es de fácil acceso y la tarifa son solo $5 dólares que ayudan a preservar el espacio natural.
De camino a Cueva Ventana, ves todo tipo de aves nativas, flores silvestres y árboles multicolor, al igual que le sacas beneficio a una caminata vigorizante. Es increíble pensar que este pedacito de isla haya sido inmortalizado en la película con Justin Timberlake y Ben Affleck, “Runner, Runner”.
A unos 8 ó 10 minutos de su entrada, llegas a la boca de la cueva, por la cual debes bajar muy cuidadosamente con la ayuda de una soga y una linterna. Al final de la bajada, está completamente oscuro, como en una película cualquier de Indiana Jones, pero si vas con cuidado no hay nada que temer. Tampoco debes tenerle miedo a las iguanas y los murciélagos. Aunque es su hogar, si no les haces nada, no tienes que preocuparte. Es divertido, especialmente si vas en grupo.
Con nuestras amistades, bajamos en forma de lazo humano para asegurarnos de pisar correctamente y no dejar a nadie a mitad de camino. El trayecto no fue largo y la brisa que se comienza a sentir al final de la vereda es muy reconfortante.
Una vez llegas al final, quedas en completo asombro. Una enorme ventana natural muestra el paisaje más hermoso que hayas visto del valle del Río Grande de Arecibo. La riqueza del color y la belleza te llenan de un orgullo instantáneo. Prometo que querrán apreciar la vista hasta que el panorama se les quede grabado en la memoria. Las fotos no le hacen justicia.
Se siente tan bien estar en allí con la gente que quieres y la conexión que se crea es muy especial. Casi no nos queríamos ir. El apetito por este tipo de excursión se te abre aún más y ya quieres planificar la próxima salida. Pero por supuesto, después del ejercicio, inevitablemente hace hambre.
En esta ocasión, nuestra amiga Airzia se encargo de alimentarnos y aunque los bocadillos que les compartimos en este post no se comparan a los de nuestra compañera de aventura, están inspirados en sus deliciosas creaciones. Aquí nos inventamos unos cuantos antojitos vegetarianos para que escojan y vayan con energía a cualquiera de sus aventuras. Esperamos que las disfruten tanto como nosotros.
Meriendas para la aventura:
Taquitos vegetarianos
El favorito del día fueron los taquitos con refritos y queso. Nuestra versión vegetariana, solo requiere calentar las tortillas de harina, colocar un poco de tu refrito favorito, además de salsa mexicana y queso fiesta. También le puedes añadir, cebollines y cilantro picadito. Los enrollas y listo.
Ensalada de pasta con vegetales
Para los que tienen más hambre, nada como una ensalada sencilla de pasta con vegetales. Hierve algún tipo de pasta corta con una pizca de sal. Cuando la pasta esté al dente añade vegetales frescos picaditos como pimientos, espárragos y cebollines. Cocina por un par de minutos más. También, puedes añadir maíz congelado, guisantes y aceitunas negras. Una vez escurras bien el agua, ajusta la sal y échale aceite de oliva al gusto, una pizca de sal de ajo y pimienta. Si gustas, puedes echarle un poco de mayonesa u otros aceites con sabor a ajo o hierbas.
Guineítos en escabeche
Hierve unos guineítos verdes con un poquito de sal removiendo cada punta extrema. Una vez estén blandos, escurre el agua y quítales la cáscara. Para el escabeche, coloca los guineítos en un molde y añade una taza de aceite de oliva y media de vinagre por cada 8 guineítos. Sazona con un ajo machacado, una hoja de laurel y pimienta molida. Déjalo marinar por al menos dos horas antes de servir.
Huevos endiablados sencillos
Hierve unos huevos por unos 10 ó 15 minutos y remuévelos del fuego o transpórtalos a un recipiente con agua fría. Remueve la cáscara y corta los huevos por la mitad. Remueve la yema del huevo y colócala en otro envase. Mezcla las yemas con una pizca de mostaza (media cucharadita por cada dos huevos), mayonesa (1 cucharadita por cada dos huevos), aceite de oliva (media cucharadita por cada dos huevos), paprika (media cucharadita por cada dos huevos) y sal al gusto. Mezcla bien los ingredientes y vuelve a colocar la yema en los huevos. ¡Listo!
Que paisajes.... Una ventana natural? Que hermosa manera de hablar!!!Esta ensalada de pasta me encanta la voy a probar, ya estoy haciendo la lista ;)
ReplyDeleteSí, me encantó. La descubrimos este verano :-) La ensalada también queda muy rica y se puede preparar a tu gusto.
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