Estuve una semana completa intentando recordar esa canción que solía cantarme mi mamá. Sabía que tenía que ver con calabazas y algo decía sobre el mes de octubre, pero si no fuera por la magia de Google jamás la hubiera sacado del cajón de la memoria.
Y dice así…
“Cuando llega el mes de octubre,
corro al huerto de mi casa, y busco con alegría
tres o cuatro calabazas.
Las preparo, las arreglo,
saco todas las semillas.
Y dice así…
“Cuando llega el mes de octubre,
corro al huerto de mi casa, y busco con alegría
tres o cuatro calabazas.
Las preparo, las arreglo,
saco todas las semillas.
Les hago dos ojos grandes,
y una boca que da risa.”
Lo mejor de este blog es que no tiene audio y ustedes pueden imaginarse que tengo la voz angelical de Luz Clarita... pero nada que ver. Yo por algo no soy cantante. Mi madre, sin embargo, sí cantaba estas estrofas con esa ternura dulce que le distingue. Quizás por eso cuando sirvo platillos con calabazas me conecto rápidamente con el confort y cariño de la comida de casa.
Mi mamá me enseño que calabaza amarilla de cocinar es un alimento muy noble que se puede condimentar fácilmente con un poco de sal y aceite de oliva. Asímismo, su textura y versatilidad sirven para complementar otros platillos más complejos como las sopas, los guisos y las habichuelas.
Hay que diferenciar esta calabaza de las calabazas de verano. La variedad de verano tienen su cáscara suave y se cosechan antes de madurar, como el zucchini o calabacín. Las calabazas de invierno tienen cáscara dura y crecen lentamente, como es el caso del acorn squash o calabaza de bellota. Ahora mismo las calabazas de temporada son las de invierno y la mejor manera de escogerlas es asegurándote que tengan superficie suave, se sientan un poco pesadas y tengan la piel firme.
Entre sus beneficios, las calabazas te ofrecen:
y una boca que da risa.”
Lo mejor de este blog es que no tiene audio y ustedes pueden imaginarse que tengo la voz angelical de Luz Clarita... pero nada que ver. Yo por algo no soy cantante. Mi madre, sin embargo, sí cantaba estas estrofas con esa ternura dulce que le distingue. Quizás por eso cuando sirvo platillos con calabazas me conecto rápidamente con el confort y cariño de la comida de casa.
Mi mamá me enseño que calabaza amarilla de cocinar es un alimento muy noble que se puede condimentar fácilmente con un poco de sal y aceite de oliva. Asímismo, su textura y versatilidad sirven para complementar otros platillos más complejos como las sopas, los guisos y las habichuelas.
Hay que diferenciar esta calabaza de las calabazas de verano. La variedad de verano tienen su cáscara suave y se cosechan antes de madurar, como el zucchini o calabacín. Las calabazas de invierno tienen cáscara dura y crecen lentamente, como es el caso del acorn squash o calabaza de bellota. Ahora mismo las calabazas de temporada son las de invierno y la mejor manera de escogerlas es asegurándote que tengan superficie suave, se sientan un poco pesadas y tengan la piel firme.
Entre sus beneficios, las calabazas te ofrecen:
- un alto contenido de carotenos que se encargan de darle su color amarillento
- ayuda para eliminar grasas del organismo
- ingredientes que reducen inflamaciones y previenen el estreñimiento
- vitaminas como la C y cobre
- propiedades antipiréticas que reducen dolores de cabeza con la infusión de sus hojas
- suavidad en la piel al hacer mascarillas con su pulpa
- y ayuda para limpiar la mucosa de los pulmones y la garganta
Anímate a sacarles provecho celebrando todos sus atributos con nuestra receta de la semana.
Crema de Calabaza con Parmesano
Ingredientes:
1 Calabaza de corteza dura y tamaño mediano
Sal y pimienta al gusto
1 Papa mediana
Crema de Calabaza con Parmesano
Ingredientes:
1 Calabaza de corteza dura y tamaño mediano
Sal y pimienta al gusto
1 Papa mediana
Media cebolla amarilla
Aceite de Oliva
2 Dientes de ajo machacados
1 puñado de cilantro fresco
1/3 Taza de queso parmesano
Chili flakes al gusto (opcional)
Corta una calabaza de bellota (Acorn squash) o cualquier calabaza de corteza dura y tamaño mediano, como este carnival pumpkin. Hiérvela con una piza de sal y cuando se ablande remueve la pulpa y colócala en un plato ondo. Reserva el agua donde herviste la calabaza. Corta una papa mediana en cubitos y hiérvela con una pizca de sal. Cuando se ablande, májala con un tenedor y añádela al plato hondo.
Mientras, sofríe media cebolla amarilla pequeña en cuadritos muy pequeños con unas gotas de aceite de oliva. Añade un par de ajos machacados y permite que los vegetales se doren. Añade un manojo de cilantro picadito con la calabaza y la papa.
Añade el agua con que herviste la calabaza hasta que consigas el espesor que deseas en la sopa. Si la quieres más líquida, añade más agua. Sazona con sal y pimienta a gusto. Deja hervir la sopa por unos 10 a 15 minutos. Añade 1/3 taza de queso parmesano y chili flakes si deseas. Sirve con pan.
Aceite de Oliva
2 Dientes de ajo machacados
1 puñado de cilantro fresco
1/3 Taza de queso parmesano
Chili flakes al gusto (opcional)
Corta una calabaza de bellota (Acorn squash) o cualquier calabaza de corteza dura y tamaño mediano, como este carnival pumpkin. Hiérvela con una piza de sal y cuando se ablande remueve la pulpa y colócala en un plato ondo. Reserva el agua donde herviste la calabaza. Corta una papa mediana en cubitos y hiérvela con una pizca de sal. Cuando se ablande, májala con un tenedor y añádela al plato hondo.
Mientras, sofríe media cebolla amarilla pequeña en cuadritos muy pequeños con unas gotas de aceite de oliva. Añade un par de ajos machacados y permite que los vegetales se doren. Añade un manojo de cilantro picadito con la calabaza y la papa.
Añade el agua con que herviste la calabaza hasta que consigas el espesor que deseas en la sopa. Si la quieres más líquida, añade más agua. Sazona con sal y pimienta a gusto. Deja hervir la sopa por unos 10 a 15 minutos. Añade 1/3 taza de queso parmesano y chili flakes si deseas. Sirve con pan.
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